Caminito a Uruguay, vaya osadía
mando barcos, papel con mis canciones
y besos de café (¡qué madrugones!)
mi cada amanecer para tu día.
En el décimo cielo donde habita
anda Raquel pleiteando con sus sueños
con su plata de ley, alma sin dueño
y su taza plagada de ratitas.
No me voy, ni me quedo, ni me pierdo
cantaré cada día en tu cocina
no es tan frágil el hilo del recuerdo.
No te tomes a mal si no aparezco
por tu doce de agosto, mis disculpas,
necesito escapar por unos días.
domingo, 13 de junio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
¡Bonita osadía y preciosos madrugones! Por el décimo cielo anda rondando el aroma de los besos de café mezclado con el de los de las cerezas del Valle del Jerte (las habidas en buena ley, jeje). Re muáaaaaa, siempre.
Publicar un comentario