jueves, 10 de junio de 2010

Mi niña Candela

Mi niña Candela,
la de mis niños,
nacerá con los ojitos
de madre Argeme
y la boquita sedienta
de los migueles.

Mi niña Candela,
la perlita Seco Macías,
nacerá con más titos
de los que tiene
y será la reinona más linda
de mis papeles.

Mi niña Candela,
porque también será mía,
llorará en un hermoso sol sostenido,
olerá a pan recién hecho
y sabrá a hija propia,
como la luz de los amaneceres.
Y será la niña más lista,
y la más guapa,
y la más alta de mis canciones.

Cuando no nos mire
jugaremos a hacer
que no pasan los años,
compraremos el paso del tiempo
y envejeceremos nosotros,
a cambio de que sea siempre niña.

Mi niña Candela,
la de los ojos de madre,
la de la boca de padre...
¿Y de su tío cercano?
¿Qué tendrá de su tío?
Poco importa si nada tiene de mí,
porque tendrá besosmiles
y achuchones
y versitos con sabor a cuna
y piropos como claveles
y miradas perdidas
con sus cientos de arrullos
y su millón de nanas...

Ya lo verás,
Candela, mi niña.

Cuando falta un suspiro
para que vengas,
y el almanaque
pinte en agosto las primaveras,
ya maldigo los días
en que me faltes
y echo de menos cada beso
que aún no te he dado.

Cuando por fin aparezcas,
cuando estrenes el mundo,
tú no lo sabrás,
pero estaré por allí
orgulloso, feliz, embobado,
recorriendo tu cara en el duermevela
custodiando los sueños de mi Candela.

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