domingo, 21 de febrero de 2010

Invitación

Te invito a acompañarme en este loco viaje
de múltiples caminos y veredas
te invito a que elijas equipaje
a que pierdas y a que tomes cuanto quieras.

Te invito a dejarte llevar al abrazo cotidiano
y a rendirte a los besos sin condiciones
a la falta de pan hasta saciarnos
a susurrarme al oído tus canciones.

Te invito a sembrar un árbol junto al mío
a escribirte cien libros en la espalda
a la cama con dos pies muertos de frío
a que sepas lo mucho que me faltas.

Te invito a que inventemos los problemas
y a atrincherarnos detrás de la almohada
a pasear aunque no sea primavera
a una cuna por velar de madrugada.

Te invito a un te quiero sin comas ni comillas
a conquistar el cuerpo imperfecto
a las lágrimas al pie de la mesilla
a los regalos que llegan a destiempo.

Te invito a los mensajes de amor en la nevera
a los niños pintando en el pasillo
a que calles por los codos cuanto quieras
a jugar a aburrirnos los domingos.

Te invito al total de las noches que me faltan
y a cada uno del resto de mis días
a que pierdas las llaves de la casa
las navidades en tu casa o en la mía.

Te invito al pacto de todos los pecados
y a todos los silencios de después
a que lleguemos a viejos despistados
a que ganemos lo que haya que perder.

Te invito a hacernos las heridas de mentira
a solear la ropa en el balcón
a jugarnos el honor en la cocina
a sacarme a bailar en el salón.

Te invito a hacerle carantoñas al espejo
a cumplir kilos con los años
a despertarnos los lunes sin reflejos
a que ocupes los peines de mi baño.

Y, al fin,
te invito a invitarme a tu boda
a ser feliz una vez por segundo malgastado
al incivil cáliz de dos bocas
te invito a quedarte a mi lado.

Mi reina Argeme

Bendita tú entre todas las mujeres
mamita de mis noches de desvelo
manojo de los pocos que yo quiero
carnita de mi carne por poderes.

Alivio del dolor de mis quereles
regazo al que volver cuando me muero
reinona de las monas y lucero
del alba de las noches que me hieren.

Te debo la paciencia de tus manos
y todos los migueles que te robo
y cada compromiso sin papeles.

Te debo cada día que aún no nos damos
y cien besos y abrazos (con decoro)...
me inclino ante tus pies, mi reina Argeme.

Locura

Los locos de atar de mi sombrero,
susurran traicioneros a mi espejo.
Respiro por jugar a que no muero
me acerco cada vez que llego lejos.

Me escondo en lo más hondo de mi sombra,
me ahorco en cada viga del silencio
más loco cada vez que no me nombra
el dios de la conjura de mis necios.

Se cuentan mis certezas por quimeras,
mis temores por aspas de molino
mi destino de calles sin acera.

Más loco que el amor en primavera
un cuerdo de recuerdos no vividos
el raro de disparos sin trinchera.

jueves, 18 de febrero de 2010

martes, 9 de febrero de 2010

Cualquier día

Cualquier día,
entre este Tú de largos años
y mi Yo ya desgastado,
romperá a llorar nuestro destino,
estallarán en pedazos los recuerdos.
Los besos desclavados de los pechos
no aguantarán el peso de las horas,
no habrá madrugadas de desvelos,
ni domingos aburridos al borde de los lunes.

Cualquier día
amaneceremos pobres de silencios
para gritarnos lo nada que nos fuimos;
estará la casa donde siempre estuvo,
aguardando a sus dos desconocidos
cobijando el deshielo de la cama.
Agotados de luchas sin cuarteles
desmontaremos la trinchera del pasillo
y tocarán a muerto las campanas de cada amanecer.

Cualquier día,
moriremos del hambre del orgullo
porque no dije nada y nada dijiste
hartos de pan y de mordernos
nos hastiará el deseo y la rutina
mudaremos la piel de los intentos
y no habrá camino más largo que escapar,
no hay quien vaya a la luz cuando estás ciego
ni nada que dar, cuando nada hay que perder.

Casi haciéndose en un sueño

Suave,
como el beso del niño enfermo.
Dulce,
casi haciéndose en un sueño.

Pasa el tiempo
con un golpe incansable
de segundos imposibles, amargos,
sin retorno.


me miras, desde lejos,
con ojos de ansia
de matarme de amor.
Escribo,
no hallo otra forma
de menguar la espera,
que trazar un curvilíneo
camino de azul y comas.

El ángel del reloj
escapa en busca de compañera
y tú, la mía,
me abrazas como ayer,
con las manos del recuerdo
recorriéndome el alma.

Entonces sobran el tiempo,
la escritura, el verbo,
el corazón... y me
quedo anclado en la memoria
de los besos que hoy no tengo.

Acuse de recibo

Nada reprocho al paso de los años
me acostumbré a la espalda de la vida
ya no me queda sangre en las heridas
curo con tiempo la voz del desengaño.

Siempre se vuelve al principio del camino
al desencuentro del centro del pasado,
¿volver a andar cada uno por su lado
o hacerle hueco al peso del destino?

No hay tres sin dos, ni lluvia que no cese
no hay asterisco que no encierre un mensaje
ninguna duda sin puntos suspensivos.

Lo que no fue en nada se parece
a las costuras que bordan mi equipaje
pero le doy acuse de recibo.
Tan sólo lo imagino
pero sé que dirías “te quiero”
con la mirada perdida
y la sonrisa en los labios.

Tan sólo lo imagino
pero sé que en el secreto
de tus verbos, hay verdades
que ni siquiera conoces.

Tan sólo lo imagino
pero sé que sueñas princesas
cuando nadie te mira
y juegas a que adivinas
el porqué de las cosas.

Tan sólo lo imagino
que es algo o nada,
vana imaginación de falso
viejo, de sabio falso.

Yo, como tú, tan sólo lo
imagino.

Aviso urgente

Se venden escaleras hacia el cielo
todavía por estrenar.
Se cambian un puñado de pañuelos
por lágrimas de verdad.

Se alquila plañidera sin consuelo
para boda o comunión.
Se busca terrorista o fusilero
para limpiar un paredón.

Se ofrece señorita madurita
preguntar por Asunción.
Se cambian las heridas por tiritas
el dolor lo pongo yo.

Se busca al señor que resucita
y cambia peces por jamón.
Se alquilan rosas rojas para citas
se regala jubilado sin pensión.

Se traspasa marido en buen estado
funcionando y poco usado
por no poder atender.

Vendo fruta del pecado
y paraíso adosado
compro lunas de miel.
Tengo la maldita costumbre de ser franco
(sin mayúsculas, dios me libre),
de llevar la vergüenza entre las piernas y presto el canto.

Tengo un castigo muy dulce a ser amargo,
como la última copa a la puerta del bar,
como beso en la boca de la dignidad.

Tengo dolores de dudas y de espanto
y, aunque aveces no sirven,
hace años que sufro una cierta tendencia a los abrazos.

Tengo verdades que hieren como engaños
y mentiras que quisieran ser verdad
y verdades que ojalá fueran verdad.

lunes, 8 de febrero de 2010

Sólo hacen falta

Sólo hacen falta un par de labios
para entenderse sin palabras,
un par, al fin y al cabo,
para decir lo que se calla.

Sólo hacen falta un par de labios
para gritar desesperado,
un par, al fin y al cabo,
para contarme tus pecados.

Sólo hacen falta un par de labios,
tan sólo un beso de papel,
el aliento de una boca imaginaria,
un suspiro malhallando mi cara,
la saliva que invento,
la palabra que falta,
para que un primo lejano se estremezca.

Mentiría si te dijera
que no me he emocionado,
mentiría si te dijera
que me ha bastado.

Quiero miles, millones
sin papel y sin tinta,
con su mano en la cara,
su pecho palpitante,
el temblor de los cuerpos
presintiendo el segundo siguiente,
los ojos perdidos buscando los míos,
el deseo destrozando las paredes del alma,
la nuca aterida de frío,
los dedos navegando en tu espalda,
los cuerpos callados,
abandonados,
náufragos en un mar de saliva,
enredado en un beso eterno,
tranquilo,
como las tardes con preludio de lluvia.

viernes, 5 de febrero de 2010

Me lo dijo un haitiano

No me compres mi árbol caído
no puedes pagarme tanta soledad.
Y si hay dios que gobierne el destino,
le dices que estamos hartos de rezar.

Quédate los ojitos llorando
tú mirada, tu espanto
tu pena y tu pan.

Quédate tu maldita ceguera
que las manos más llenas
siempre tardan en dar.

Hoy que das, piensa en los que se quedan
que aún hay más, todavía quedan más,
hoy que hierve mi sangre en tus venas,
levanta la vista y aprende a mirar.

Cuánto vale que un niño pida ayuda entre el barro,
dime cuánto estarías dispuesto a pagar.

Ironías de la vida cuando nada se tiene
solamente la vida te pueden quitar.

Hizo falta que todo reventara en pedazos
para que nos miraran los hartos de pan.

Hizo falta olvidarnos una nube de arena
hizo falta enterrarnos...
hizo falta enterrarnos…..
para que nos vieran.

jueves, 4 de febrero de 2010

A mi amigo Fernando

Más ateo que un abad de vacaciones
nunca creo ni en vírgenes ni en curas
sólo rezo al San dios de los Tacones
por si el peor de mis vicios tiene cura.

Te debo que me acerques a Cilleros
plantando la memoria en lo de antes
insigne dartañán de malandantes
¡palante con un par, ni más ni menos!

Mil gracias, compañero, por dejarnos
tu crónica en los hilos del recuerdo
el pan de cada día en negro y blanco

Te sigo, bien lo sabes, siempre ando
de tu blog a tu foro o viceversa
buceando en el mar de Don Fernando