Los locos de atar de mi sombrero,
susurran traicioneros a mi espejo.
Respiro por jugar a que no muero
me acerco cada vez que llego lejos.
Me escondo en lo más hondo de mi sombra,
me ahorco en cada viga del silencio
más loco cada vez que no me nombra
el dios de la conjura de mis necios.
Se cuentan mis certezas por quimeras,
mis temores por aspas de molino
mi destino de calles sin acera.
Más loco que el amor en primavera
un cuerdo de recuerdos no vividos
el raro de disparos sin trinchera.
domingo, 21 de febrero de 2010
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