lunes, 8 de febrero de 2010

Sólo hacen falta

Sólo hacen falta un par de labios
para entenderse sin palabras,
un par, al fin y al cabo,
para decir lo que se calla.

Sólo hacen falta un par de labios
para gritar desesperado,
un par, al fin y al cabo,
para contarme tus pecados.

Sólo hacen falta un par de labios,
tan sólo un beso de papel,
el aliento de una boca imaginaria,
un suspiro malhallando mi cara,
la saliva que invento,
la palabra que falta,
para que un primo lejano se estremezca.

Mentiría si te dijera
que no me he emocionado,
mentiría si te dijera
que me ha bastado.

Quiero miles, millones
sin papel y sin tinta,
con su mano en la cara,
su pecho palpitante,
el temblor de los cuerpos
presintiendo el segundo siguiente,
los ojos perdidos buscando los míos,
el deseo destrozando las paredes del alma,
la nuca aterida de frío,
los dedos navegando en tu espalda,
los cuerpos callados,
abandonados,
náufragos en un mar de saliva,
enredado en un beso eterno,
tranquilo,
como las tardes con preludio de lluvia.

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