Vino como el viento se derrama
una tarde de abril quiso traerla,
tiempo de vivir, tiempo que pasa,
horas que duelen cual te dejan.
Yo era un imberbe que soñaba
de día por parir cientos de versos,
todo por descubrir, siempre a la caza
de historias que guardar en el recuerdo.
Y llegaron las niñas con sus besos
los curas con sus credos
mi madre con el cuento del dinero.
Veinte duros era un cheque con ceros
y el banco el monedero
cansado y desgastado de mi abuelo.
Pero se fueron,
¿por qué se fueron
los días en que todos fuimos buenos?
La escuela se guardó nuestra inocencia
y el tiempo se encargó de nuestros miedos
mi vida era el stop de la impaciencia
dudaba entre los malos y los buenos.
Condenados a andar fuimos creciendo
colgados del reloj y de dinero
la barba me salió, fui maldiciendo
tan sólo ser el dueño de recuerdos.
Ahora espero a mi niña con sus besos
los curas se aburrieron
mi madre, por supuesto, lo primero.
Veinte euros no tapan agujeros
y el banco es un camelo...
mi abuelo sigue dándome dinero.
Pero se fueron,
¿por qué se fueron
los días en que todos fuimos buenos?
lunes, 28 de junio de 2010
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