... la última bala también puede matar.
Ven, ¿no ves que soy tu amigo?,
el enemigo ya se fue colina abajo,
llevaba una medalla en el ojal
y en un abrazo el fusil
y como abrigo el gabán,
dispuesto por su madre a disparar
a quien le quiera robar
el puesto de guardián del porvenir.
Ven, ¿no ves que estoy vencido?,
el camino de regreso es muy largo,
el paso se hace amargo en soledad
cuando pretendes vivir
después de tanto matar.
Yo nunca hallé un motivo para odiar,
me obligaron a luchar
me quema cada bala que escupí.
Ven, no te mueras, amigo,
ya he perdido a demasiados en mis brazos,
no dejes que te ganen al final,
aún nos queda el porvenir
y algún pedazo de pan.
Te juro que no tengo a dónde ir,
si tú te vas, yo detrás
nos queda tanta vida que vivir.